Innovación genética antienvejecimiento.
La acumulación de daños en nuestro ADN tiene como consecuencia el envejecimiento. Las células de nuestro cuerpo tienen una función y un tiempo de vida que viene establecido en su ADN cuando nacen. Esta información es lo que determina la edad celular y la longevidad.
Todos los días nuestro cuerpo se va deteriorando debido a factores externos e internos resultantes del metabolismo celular. Este metabolismo conduce a la producción de radicales libres que se acumulan en el interior de la célula, dañando su núcleo vital, el ADN. Estos daños en nuestra información genética, se multiplican a lo largo de los años, anulando progresivamente la capacidad regenerativa de los tejidos, lo que desencadena el primer paso del envejecimiento. Este proceso hace que las células acorten su vida y que nuestro cuerpo se envejezca prematuramente.
Los estudios más recientes concluyen que detrás del envejecimiento humano se encuentra la acumulación de daños en el ADN celular, así como la incapacidad de ésta para reparar los errores que se generan. Por ello, la llave de la longevidad se encuentra en el núcleo de la célula.
Para contribuir la síntesis normal de ADN y a la protección de las células frente al daño oxidativo es aconsejable tomar antioxidantes, especialmente los que actúen como escudo antioxidante y como reparadores del ADN celular.
Escudo antioxidante ya que neutralizan los radicales libres que se crean en nuestro cuerpo protegiendo así las estructuras como los lípidos, las proteínas y el ADN celular, susceptibles de ser dañados por el estrés oxidativo.
Reparadores del ADN celular puesto que no todos los radicales libres pueden ser neutralizados. Aquellos radicales libres que consiguen acceder al interior de la célula dañan su información genética, acumulándose el daño en cada replicación. Esto tiene como resultado un acortamiento de la vida de la célula o incluso su muerte prematura. Algunos antioxidantes son capaces de alcanzar el interior de la célula y estimular enzimas encargadas de reparar los daños en la estructura del ADN.
Mi consejo es que para cualquier tratamiento de antienvejecimiento global, además de los tratamientos tópicos que uses recomendados por tu especialista farmacéutico, será aconsejable tomar un antioxidante que trabaje desde el interior hacia el exterior y que nos ayude a reparar el ADN, rejuvenecer las células, retrasar el envejecimiento y revitalizar la piel.
Personalmente recomiendo productos como Revidox ADN de Actafarma, los antioxidantes de Biotivia como Transmax y Bioquench, extracto cacao o granada de Salengei y algunos productos de Equisalud, todos ellos de contrastada seguridad en sus componentes y que actúan de manera eficaz.
Y tú ¿ qué antioxidante tomas para proteger tus células?